Trucos para usar una barbacoa de gas
Asar a la barbacoa, como la mayoría de las formas de cocinar, es más un arte que una ciencia.
Puedes seguir ciertas normas básicas, pero todo dependerá de tu habilidad y estilo para cocinar a la parrilla.
Estos son sólo algunos consejos para la mayoría de los problemas que la gente se encuentra a la hora de usar una barbacoa.
Como podrás comprobar, el mantenimiento y el cuidado de la barbacoa son una parte fundamental del proceso. Así que sigue estas técnicas y evita los errores más comunes que se cometen cuando cocinas en tu barbacoa de gas.
1. Mantener la parrilla limpia.
Una parrilla sucia emite humo constantemente y deja un mal sabor en la comida. Todo esto no ocurrirá si mantenemos limpia la parrilla.
Esto lo podemos hacer calentando la parrilla 10 o 15 minutos antes de cocinar o al terminar. Gran parte de la grasa se quemará a esas altas temperaturas y se limpiará, pero no toda la suciedad se elimina de ese modo.
La comida que cae en la barbacoa, las salsas con las que se cocina y otras sustancias no se eliminan hasta que frotes con algún producto específico.
Es recomendable sacar las rejillas y los quemadores por lo menos dos veces al año para limpiar a fondo la parrilla. Si la usamos cos asiduidad durante todo el año, la limpieza se debe hacer más a menudo.
La diferencia es clara y se puede observar y notar en el sabor de los alimentos cocinados.
2. Evitar los estallidos incontrolados.
Cuando la grasa de la comida se junta con una chispa o una llama, se pueden producir estallidos inesperados e incluso llamas altas.
Los estallidos deben poder controlarse teniendo próximo un extintor de incendios.
Debemos mantener una parte de la parrilla vacía para poder mover los alimentos si por un casual ocurre un pequeño incendio.
Si el fuego se propaga, es posible que haya que retirar la comida de la parrilla, pero el truco es dejar que el fuego queme toda la grasa y deshacerse de él tan pronto como sea posible.
Si el fuego se sale de control, retira la comida, apaga los quemadores y cierra la toma del gas.
3. El calor y el azúcar.
El azúcar se quema a 130 ºC. Si estamos cocinando alimentos con salsas que contienen azúcar , hay que mantener la temperatura de los quemadores por debajo de esa temperatura, de lo contrario, la comida se quemará y se ennegrecerá.
4. Vigila la barbacoa constantemente.
Casi todas las historias que he escuchado de gente que ha quemado la comida en la barbacoa comienzan con un: "sólo entre para...". Cualquier despiste puede hacer que su parrilla se salga de control y que se queme todo lo que estas cocinando.
Hay que prestar atención a lo que se esta cocinando, particularmente a los alimentos que se hacen rápidamente, como las hamburguesas, las chuletas o los filetes.
Asegúrate de que tienes todo lo necesario a mano antes de que la comida toque el fuego.
5. Tener el combustible necesario.
¿Alguna vez te has quedado sin gas en la barbacoa mientras tienes en casa a un montón de gente hambrienta? Ese no es el momento para ir a por un tanque de propano. Hay que tener uno de reserva siempre.
6. Seguridad alimentaria.
O lo que es lo mismo, cocinar sin peligro. Asegurarse de que la comida se haga a la temperatura adecuada, mantener la zona limpia y desinfectada, usar diferentes plato para los diferentes ingredientes, lavarse las manos cuando sea necesario...
7. La temperatura correcta.
El hecho de que la barbacoa pueda cocinar a ciertos grados no significa que debas usarlos para todo lo que cocines.
Los cortes finos de carne de cordero, de cerdo o de ternera, incluyendo las hamburguesas, hay que cocinarlos rápidamente a una temperatura alta.
Los ingredientes más delicados, como el pescado, las verduras o el pollo, se deben cocinar a fuego medio en la parrilla.
Los pollos asados y carnes gruesas hay que realizarse a una temperatura más baja con calor indirecto.
Se paciente con los tiempos de cocción que serán más extensos con las temperaturas más bajas.
8. Sellar los alimentos.
El sellado es uno de los secretos para obtener todo el sabor a la parrilla. No bloquea todos los jugos, pero si que carameliza la superficie y crea una capa crujiente.
Para hacer esto correctamente, hay que calentar a tope la parrilla, colocar la carne y esperar 1 minuto. Darle la vuelta y reducir el calor. Esta alta temperatura carameliza la superficie de la carne.
9. El calor indirecto.
Mientras que el calor directo es ideal para cocinar rápidamente, asar indirectamente permite cocinar completamente pollos asados grandes e incluso hornear pan.
Todo lo que necesitas hacer es apagar los quemadores que están directamente debajo de lo que vas a cocinar.
Esto nos dará la posibilidad de cocinar perfectamente carnes a temperaturas más bajas sin quemarse los exteriores.
10. Mantenimiento regular de la parrilla.
Una limpieza regular resulta en una barbacoa con más vida útil.
Este proceso comienza con una buena limpieza y continúa con una inspección completa de todas las piezas internas. Comprueba los quemadores sobre todo para asegurarte de que los puertos (agujeros por donde salen las llamas) no están obstruidos.
Si es así, utiliza un alambre delgado para eliminar cualquier obstrucción.